5 preguntas esenciales que se hacen cada vez menos (y que la ciencia no ha podido responder).
5 grandes preguntas de índole filosófica que es necesario seguir planteando
La ciencia moderna tiene un paradigma muy claro: el materialismo. Grosso modo, sólo lo que puede medirse es real y sólo lo que se acerca a un paradigma aceptado por el grueso merece investigarse, y gastar grandes cantidades de dólares para tener resultados respetables (generalmente, resultados que puedan convertirse en un desarrollo tecnológico o en algún producto rentables). Por supuesto que hay honrosas excepciones, pero esta es la norma en una sociedad donde el modelo económico todo lo absorbe y coopta.
Ahora bien, por este mismo paradigma, y
por el predominio de su narrativa en Occidente, las personas cada vez se
pregunten con menos seriedad algunas cuestiones esenciales que el ser
humano siempre ha tenido en su mente, pues constituyen en gran medida el
asombro natural de la existencia. No preguntarse seriamente y discutir
estas cuestiones empobrece la vida intelectual. Lo cual deja al
individuo en un aprieto, pues estas cuestiones obviamente siguen siendo
centrales para la población, pero no son ya muy respetables para la
esfera intelectual, que hoy en día es sobre todo una esfera científica
(y en el caso de las humanidades, una cada vez más pequeña esfera de
intelectuales que buscan ajustarse a los presupuestos de las
universidades y su visión dominante).
A continuación, una serie de preguntas que no han podido resolverse
satisfactoriamente y que son parte de la inquietud ontológica del
tiempo. Cabe mencionar que decir que estas preguntas deben seguir
haciéndose no es lo mismo a decir que su respuesta debe ser afirmativa;
al contrario, lo que se busca es cultivar el enigma y el asombro de la
existencia.
1. ¿Existe una fuerza divina en el universo?
La pregunta por la divinidad, y no
necesariamente por un dios creador, es una pregunta que no se hace
realmente desde la ciencia. Si bien no es realmente su tema, la
filosofía actualmente, al querer hacerse más parecida a la ciencia para
tener legitimidad, ha dejado las grandes preguntas teológicas de lado.
Pero realmente no existe una manera de descartar esta posibilidad.
Incluso el mismo Stephen Hawking se preguntó qué es lo que enciende el
fuego de las ecuaciones al principio del universo. Asimismo, la
existencia de leyes matemáticas eternas -como piensan algunos
científicos- podría implicar una inteligencia trascendente, que sería
equivalente a una fuerza divina, si bien no necesariamente a un dios
personal, quizá algo más parecido al dios de Spinoza. En realidad, la
pregunta teológica y onto-teológica actualmente se ha convertido en la
pregunta por la inteligencia extraterrestre, una versión reducida y
rebajada de esta pregunta para hacerla aceptable al paradigma
científico.
2. ¿Existe la vida después de la muerte?
La ausencia de esta pregunta es la que
mejor define el paradigma científico actual. Pese a que no hay manera de
comprobar que la vida no continúa después de la muerte del cuerpo,
especialmente ya que la ciencia no se acerca ni mucho menos a contestar
la gran pregunta que sí se plantea (qué es la conciencia), son pocos los
científicos que se atreven a investigar seriamente las experiencias
cercanas a la muerte sin prejuicios o a tomar en cuenta las
descripciones abundantes de memorias de otras vidas que se ajustan a la
creencia en la reencarnación (algo que es creído por algo así como una
tercera parte del mundo). Esta pregunta es tabú para la ciencia, pues
pone en entredicho el dogma de que lo único que existe es la materia y
que la conciencia es meramente un epifenómeno de la complejidad de la
misma.
3. ¿Existe la telepatía y la percepción extrasensorial?
Pese a que algunos científicos
marginados como Rupert Sheldrake han recopilado evidencia en torno a la
telepatía y otros fenómenos de percepción extrasensorial que por lo
menos merece contemplarse seriamente, la investigación en torno a estos
fenómenos es casi nula y conseguir fondos para investigar algo así es
sumamente difícil.
4. ¿Es posible encontrar la liberación, salvación o iluminación de manera natural?
La cuestión soteriológica, central a
todas las religiones, no es algo que se tome seriamente. De nuevo, no es
esta realmente una cuestión científica, es más algo que atañe a la
filosofía, pero aun así vemos que existe una obsesión científica por
encontrar la inmortalidad y eliminar el sufrimiento. La gran "religión",
por así decirlo, que emerge en la ciencia es el transhumanismo, una
versión del gnosticismo basada en la materia. La diferencia estriba en
este caso en que la ciencia no da cabida a la posibilidad de que exista
tal cosa como el moksha, el nirvana o la beatitud, sólo
considera que es posible encontrar o crear un simulacro de esto usando
la tecnología, creando un soporte material para reproducir el cerebro.
Pero, de, nuevo, el hecho de que no tengamos una noción satisfactoria de
la conciencia hace que no se pueda descartar la realidad de cosas como
el nirvana que enseña el budismo, esto es, la posibilidad de que un
cambio en la conciencia modifique radicalmente el mundo que
experimentamos, hasta el punto de descubrir que el mundo que
experimentamos no es más que un modo de nuestra conciencia, algo que por
otra parte ya ha sido argumentado con gran peso por Kant (si bien Kant
también creyó demostrar que no podemos tener conocimientos metafísicos,
la realidad en sí está siempre más allá de nuestras categorías mentales,
pero éstas son todo lo que tenemos para conocer).
5. ¿El ser humano y el universo en sí mismo tienen un propósito?
Esta es la pregunta del telos,
de la causa final, la pregunta del sentido existencial, del por qué. La
ciencia evidentemente está limitada al cómo o al qué, pero no a una
razón de ser, o ni siquiera a por qué es que existe algo. Esto en gran
medida es lo que le permite avanzar, es la llave mecanicista que permite
enfocarse en lo pequeño y diseccionar y analizar la realidad, sin
preocuparse por aquello que no es necesario para formular hipótesis y
desarrollar tecnología y conocimiento utilitarios. Desde Descartes y
Bacon, el método científico se desembarazó de las causas formales y
finales aristotélicas, pues no era práctico mantenerlas en su quehacer.
El problema empieza cuando la ciencia se convierte en la visión del
mundo, en una metafísica de la no metafísica, que se impone sobre todas
las demás visiones. Paradójicamente, para la ciencia preguntarse por el
sentido del hombre y del universo no tiene sentido. Pero esto deja al
ser humano en un absurdo, pues el hombre requiere de un sentido, de un
propósito, al menos ilusoriamente, para seguir adelante y crear nuevos
modelos. Es por ello, entre otras cosas, que nuestra época tiende al
nihilismo y a una crisis de sentido.
La resposta per a mi de totes elles es un gran sí rotund, això sí a diferents escales o nivells de percepció, en concret 7 que es van multiplicant altre vegada per 7. No acaba mai, els miracles són tan grans!!!
ResponEliminaTot es un gran i maravellós misteri.
El nens petits ho poden comprendre millor, però els grans si ells en parlen, ens en riem i els anem tapant la boca, aleshores cada vegada són més mateiralistes, cosa de la qual tambè ens queixem...
En diuen que he de ser nens, però ens interesa de veritat?
Tots els contes de fades i d'altres, són gran ensenyances referent a l'ànima i per descomptat no nomès per nens....
He d'aprendre tan i tant, però materia ens tè segrestada.
Quina llàstima d'esclavitut.
Moltes gràcies per les teves paraules Olga, i tens raò ens falta molt per aprendre
EliminaUn petonàs