dissabte, 28 d’agost del 2021

CIUDADES ESPAÑOLAS PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD III

 

sancristobal
Ciudades reinventadas

“Primera ciudad trazada a cuadrícula…
Vivió a lo largo de su historia una vida sobria, recoleta y ceremoniosa. Además de labradores y artesanos, la habitaban caballeros, licenciados, escribanos, regidores y eclesiásticos”. Luis Diego Cuscoy

La Laguna fue diseñada con instrumentos de navegación marítima y a cordel, esta es una de las características diferenciadoras de esta ciudad tinerfeña fundada en 1497 por el Adelantado Don Alonso Fernández de Lugo. Este modelo de trabajo fue repetido por los españoles, posteriormente, en tierras americanas. Concebida a la medida del hombre, supuso la materialización de una nueva concepción filosófica, profundamente humanista, que se adelantaría a los tiempos. Situada en la atalaya atlántica desde la que España abordaría su mayor gesta, ha sido el obligado nexo de dos culturas. Un simple paseo por la vieja ciudad hace evidente la disposición geométrica de sus calles; vías habitadas por viejas casonas y palacetes con fachadas de colores intensos o pórticos de piedra. La arquitectura civil y religiosa también fue ordenada en la gestación de la ciudad y todo aquel entramado urbanístico inicial ha permanecido intacto desde finales del siglo XV. 

La Laguna, rodeada de fértiles tierras, valles y una pequeña cordillera, ha sido eje político, económico y social de Tenerife durante cuatro siglos, lo que se evidencia en el señorío austero de su arquitectura y la sobria belleza de sus monumentos, edificios públicos y numerosos templos.

Entre estos, son varios los que datan del siglo XVI y en ellos se conservan valiosos tesoros artísticos: la Iglesia y Convento de San Agustín; la de Nuestra Señora de la Concepción; la actual Iglesia-Catedral, construida en 1913 en los aledaños de la derruida ermita de Santa María de la Expectación y consagrada a Nuestra Señora de los Remedios; el Real Santuario y ex Convento de San Francisco, donde se venera la hermosa imagen tallada –pertenece al gótico flamenco-brabanzón- del Santísimo Cristo de La Laguna, y la que fundara en 1522 el padre Mendoza, integrada al monasterio de Santo Domingo de Guzmán. Algunos edificios civiles son igualmente representativos como la singular Casa Salazar, del siglo XVII, muestra acabada del barroco canario que incorpora curiosos detalles como sus gárgolas zoomorfas, que evocan el prehispánico mexicano; los palacios de Nava y Lercaro, y el propio Ayuntamiento cuya fachada neoclásica está revestida con aplacado de cantería azul.

Los indudables atractivos de esta ciudad modélica no se agotan en su hermosa apariencia externa. La cordialidad de sus gentes, la dulce cadencia de su acento, su antigua cultura de anfitriones, la presencia bulliciosa de los casi treinta mil estudiantes de su bicentenaria Universidad – la primera del archipiélago canario-, la dotan de un espíritu entrañable de cuya calidez disfrutará el visitante.


santiago

Ciudades reinventadas

“También la piedra, si hay estrellas, vuela.” Sobre la noche biselada y fría Creced, mellizos lirios de osadía; Creced, pujad, torres de Compostela”. Gerardo Diego

Santiago de Compostela, desde su nacimiento en al Edad media, se convierte en el paradigma de Ciudad universal por ser meta de peregrinación, no sólo religiosa, sino también cultural.

Al acercarnos a Santiago de Compostela, descubrimos una ciudad hecha a medida del caminante. Sus calles y plazas forman un conjunto inigualable, armónico y homogéneo. En 1985 fue declarada ciudad Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO y en el año 2000 “Ciudad Europea de la Cultura”. Como capital de una comunidad histórica que posee su propia lengua, el gallego, y una floreciente cultura, Compostela sigue siendo una ciudad abierta, cosmopolita, con vocación de lugar reencuentro.

La peregrinación a Santiago fue el acontecer religioso y cultural más destacable y más profundamente vivido de la Edad Media, hecho reconocido recientemente por el Parlamento Europeo, que designó al Camino como Primer Itinerario Cultural Europeo, y por la UNESCO, que lo declaró Patrimonio de la Humanidad.

Pero además de meta de peregrinación, Santiago es un centro turístico de primera magnitud. Los orígenes de la ciudad se remontan al hallazgo en el año 813 de la tumba del Apóstol Santiago. Cuenta la leyenda, que paseaba el anacoreta Pelayo un día por una vieja vía romana en la que confluían en una encrucijada varios caminos, y en las proximidades del bosque de Libredón percibió unas luces extrañas entre los matorrales. Al verlas y conociendo la historia de Santiago de Zebedeo se acercó y descubrió detrás de los matorrales un cementerio abandonado y en él un edificio funerario. Sin vacilar y convencido de su hallazgo, fue a buscar al obispo Teodomiro, que emprendió las marchas hasta el lugar del descubrimiento, difundiendo la noticia entre los cristianos, y obteniendo el apoyo de Alfonso II para la construcción de la primera capilla.

La primera basílica se construyó en el siglo IX y la actual Catedral es el resultado del paso de los siglos. En ella se resumen, en armónico equilibrio, el románico de su más antiguo origen, el gótico, el renacentista, el barroco y el neoclásico. Es uno de los monumentos más importantes de arte medieval español.

Caminar por Santiago de Compostela supone descubrir infinidad de tesoros: palacios, monasterios, templos y plazas, pero también el espíritu de sus gentes acostumbradas a recibir viajeros de todos los caminos, la bulliciosa presencia de los miles de estudiantes de su Universidad, cinco veces centenaria, y disfrutar de la intensa oferta cultural que ofrece la ciudad.


segovia

Ciudades reinventadas

“En la visión que el viajero se forma de Segovia, rebullen en caos magnífico todos los monumentos de la ciudad. La mente se llena de palacios, capillas, arcos, capiteles, rejas, ventanas, torres, retablos… La imaginación,  deslumbrada, en horas de recuerdo va de una maravilla a otra. No podemos poner pronto orden y sosiego en la admiración”. Azorín

Un alto Acueducto romano que cruza las viejas calles medievales, un Alcázar que recuerda a los castillos centroeuropeos, iglesias románicas de atractivo espiritual, la ubicación entre el verdor de la sierra y la parda llanura. Todo en la ciudad castellana es peculiar e inconfundible. 

En diciembre de 1985, la UNESCO incluyó a la antigua ciudad de Segovia y su acueducto romano en el listado de Ciudades Patrimonio por la belleza de su enclave, de su entorno, de sus edificios, arboledas y calles. Sin embargo, la ciudad va más allá de lo físico, pues el elemento humano, el que la ha creado y que ha sido parte de ella, no se ve y, sin embargo, es la esencia misma de la ciudad. Segovia es así porque desde ella Alfonso X estudiaba el firmamento, porque Quevedo se inspiró en sus espacios y sus gentes para escribir el Buscón don Pablos, porque en esta ciudad fue proclamada Reina de Castilla Isabel I, la Católica, y porque aquí se guarda el primer libro impreso en España, “el Sinodal de Aguilafuente”.

A Segovia la han hecho los místicos Juan de la Cruz y Teresa de Jesús, y los valientes guerreros Juan Bravo, el Comunero, o Día Sanz y Fernán García conquistadores de Madrid a los moros. Pero también a Segovia la han dado forma y sentido la palabra de María Zambrano, los paseos, tertulias y clases de Antonio Machado en el Instituto, Gómez de la Serna desvelando “El secreto del Acueducto” y Louis Proust investigando en el Real Laboratorio de Química a la sombra del Alcázar.

Las calles y las plazas de la ciudad se convierten varias veces al año en escenario de actividades artísticas. Durante la Semana Santa, el interior de los templos ofrece a los melómanos la ocasión de disfrutar de sobrecogedores conciertos durante la Semana de Música Sacra. En mayo,  Titirimundi llena los espacios de títeres y marionetas ávidos de contar historias imposibles, llenas de magia e imaginación. Folksegovia, por su parte, es otro de los festivales imprescindibles, una cita en la que confluyen las músicas del mundo durante el mes de junio. Otras citas para amantes de la música, el teatro y la danza son: MUSEG Festival Musical de Segovia921 Distrito Musical, las Jornadas de Música Contemporánea de Segovia, el Encuentro de Mujeres Músicas María de Pablos, el Día Europeo de la Música, el Premio Infantil de Piano Santa Cecilia - Premio HazenLos Martes en la Muralla, o Los Lunes en el Jardín del ReyFestival de Música DiversaVete al FrescoSegojazzSegovia en DanzaLos Viernes Abiertos o Microteatros en La Cárcel, entre otros.  Durante estas jornadas espacios singulares como patios de palacios, claustros de conventos, jardines e incluso el adarve de la Muralla se transforman en un escenario privilegiado.

También, patios de palacios, fachadas notables y rincones incomparables sirven de escenario a las numerosas jornadas del Festival Internacional en el que se puede disfrutar de la Semana de Música de Cámara, del Festival Joven y del Festival abierto de  Música y Danza. 

dissabte, 21 d’agost del 2021

CIUDADES ESPAÑOLAS PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD II

 

ibiza

Ciudades reinventadas

“¿Y la noticia? Solamente el barco la llevó a Ibiza. Con la nave llegaba el conocimiento; sin ella, nada sabíase del mundo. Alguna vez, un oleaje que venía encrespado por lejano huracán era noticia de éste, porque el mar, trabado en movilidad vasta, permite conjeturar de allende el horizonte”. Enrique Fajarnés Cardona

Situada en la costa de levante de la isla de Ibiza (Eivissa, en catalán), el verdadero encanto de la ciudad de Eivissa reside en la huella que han dejado las sucesivas civilizaciones que recalaron en ella durante siglos de historia. Su inmejorable situación, de cara al mar, ha marcado su evolución convirtiéndose, ya desde la antigüedad, en un punto estratégico para las rutas de navegación mediterráneas entre oriente y occidente. Según los historiadores clásicos, la ciudad fue fundada, en el año 654 antes de Cristo por los fenicios, que vieron en la colina y en la bahía natural el emplazamiento idóneo para su asentamiento.

Durante la época púnica, Eivissa alcanzó su máximo esplendor, con la expansión de la ciudad fruto de la actividad comercial y agrícola. La necrópolis del Puig des Molins es el testimonio excepcional de la cultura púnica en occidente.

Después de la dominación romana y de las invasiones de vándalos y bizantinos, Eivissa fue colonizada por los musulmanes de Al-Andalus en el siglo X. El  triple recinto de las murallas musulmanas, del que todavía se conservan algunos elementos, es sólo una de las profundas huellas que quedaron en la ciudad y en toda la isla.

La cultura occidental llegó a la isla el año 1235 bajo el reinado de Jaume I. Por encargo de Felipe II, las murallas medievales fueron sustituidas por la actual fortaleza renacentista, considerada una de las mejor conservadas del mundo. 

Este recinto amurallado del siglo XVI, que envuelve la ciudad antigua con la Catedral y el Castillo-Almudayna en la cumbre, es el monumento más relevante de la ciudad no en vano, UNESCO lo declaró Patrimonio de la Humanidad en 1999, junto con otros tres bienes culturales y naturales: la necrópolis púnica de Puig des Molins (la antigua ciudad de los muertos), las barreras marinas de posidonia y el poblado fenicio de sa Caleta.

La trama urbana de la ciudad fortificada (Dalt Vila) formada por un trazado casi laberíntico de calles estrechas, callejones y plazas adaptadas a la topografía natural inspira una serenidad que contrasta con el movimiento del puerto y la bahía donde se encuentra la máxima concentración de amarres deportivos y de recreo, y con el bullicio de la zona comercial y de ocio de los barrios de la Marina i sa Penya habitados, en su origen, por artesanos y pescadores.

Patrimonio natural y patrimonio cultural de gran valor artístico, histórico y arqueológico conforman los mayores atractivos de una ciudad cuyo perfil urbano desde el mar se ha hecho ya inconfundible.

 

merida
Ciudades reinventadas

“Todo se muda con el tiempo y perece con los años. Qué estabilidad tienen las cosas humanas? Aquí, donde está ahora Mérida, estuvo la famosa Emerita que Augusto dio a sus veteranos para que la poblaran”. Elio Antonio de Nebrija

Mérida fue fundada en el 25 adC con el nombre de Emerita Augusta por Octavio Augusto, para los soldados eméritos licenciados del ejército romano, de dos legiones veteranas de las Guerras Cántabras. Estas legiones se ubicaron en el poblado ya existente a cambio de darles la categoría de ciudadanos romanos a los antiguos pobladores. La ciudad fue la capital de la provincia romana de Lusitania, convirtiéndose muy pronto en escenario donde se asentaron nuevas formas de entender el mundo real y el imaginado, de desarrollar, tanto asuntos materiales como divinos. Junto a una amalgama de religiones procedentes del Medio Oriente y Egipto, prenden en Mérida el judaísmo y el cristianismo.

Se inicia así un periodo de gran esplendor del que dan testimonio sus magníficos edificios: el teatro, el anfiteatro, el circo, los templos, los puentes y acueductos. Los puentes fueron los elementos que hicieron de esta ciudad paso obligado hacia todos los puntos de la Península y los que le proporcionaron momentos de gloria o de angustia durante estos últimos veinte siglos. Se trata de construcciones singulares por su magnífico estado de conservación y, en el caso del puente que salva el Guadiana, por ser una de las obras de la ingeniería romana más importantes todavía en uso.

Durante siglos y hasta la caída del Imperio Romano de Occidente, Mérida fue un importantísimo centro jurídico, económico, militar, cultural y una de las poblaciones más florecientes en época romana, que Ausonio catalogó el noveno lugar entre las más destacadas del Imperio, incluso por delante de Atenas.

En épocas posteriores Mérida sufrió incursiones de los pueblos bárbaros hasta el asentamiento de los visigodos, que la hicieron capital de su reino y por lo tanto de Hispania, durante los siglos V y VI.

En el siglo VI sobresale la figura del Obispo Mausona y el cristianismo se arraiga con fuerza. De esta fe popular da muestra la figura de la Mártir Santa Eulalia, patrona de la ciudad. En el año 713 el caudillo árabe Muza conquistó la ciudad y sus tropas la arrasaron.

Quien visite Mérida, verá transmutado el pasado en objeto de ocio y didáctica, uno de los aciertos de sus museos y exposiciones. Ocasionalmente, la ruina despertará de su letargo y acogerá, tal y como lo hiciera en su apogeo, bajo el manto atemporal de la cultura la celebración del Festival de Teatro Clásico. El paso por Mérida permite descubrir, en orden, multitud de piezas pertenecientes a un puzzle cultural que alberga más de siete siglos de la vieja historia de España.


salamanca

Ciudades reinventadas

“Advierte hija mía, que estás en Salamanca. Que es llamada en todo el mundo madre de las ciencias. Y que de ordinario cursan en ella y habitan diez o doce mil estudiantes. Gente moza, antojadiza, arrojada, libre aficionada, gastadora, discreta, diabólica y de buen humor”. Miguel de Cervantes

Salamanca ha sido a lo largo de su historia un centro de conocimiento de trascendencia y proyección universal. Un conocimiento que se fraguó en sus interiores pero que también tomó cuerpo en lo exterior, desde la literatura a la arquitectura con tendencias artísticas como el románico, gótico, plateresco y barroco.

Ser considerada la ciudad renacentista española por excelencia, la convierte en única, tanto en la estética arquitectónica y urbana de la ciudad que ha llegado hasta nuestros días, como por la especial relevancia que el pensamiento humanista y el anhelo del saber propios de este periodo dieron a la ciudad. Así, Salamanca, con sus palacios, conventos, casonas y plazas y con sus protagonistas, como fray Luis de León o Francisco de Vitoria, pone de relieve una época de especial impulso en la ciudad. Sin embargo, sería injusto limitar la vida de la ciudad a esos momentos gloriosos porque las ciudades no se construyen sólo de tiempos prósperos. 

Salamanca como espacio del conocimiento y del saber, ha latido con diferente intensidad a lo largo de la historia; sin duda, la búsqueda de ese saber constituye razón de ser pasada, pero también presente, en su inquietud con la cultura, con su dinámica Universidad y su reciente capitalidad cultural.

La riqueza de su patrimonio histórico artístico, el color de su piedra de Villamayor y su condición de ciudad viva, propiciaron que en 1988 fuera nombrada Ciudad Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y en 2002 Capital Europea de la Cultura. Gran parte de la vida de la ciudad gira en torno a la Universidad, sus estudiantes y curiosidades que le dan un aire cosmopolita y contemporáneo. Ese ambiente viene marcado por los extranjeros llegados de distintas partes del mundo para estudiar español, la relación de la ciudad con América y el latir vivo y continuo de la ciudad.

 

dissabte, 14 d’agost del 2021

CIUDADES ESPAÑOLAS PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD I


 caceres

Ciudades reinventadas

“La villa de Cáceres tiene sobre sí toda la aureola de su historia milenaria y grandiosa; la ciudad de Cáceres viene al mundo cuando ya no quedan reinos por descubrir o conquistar; cuando el pasado es sólo un bello recuerdo y el presente una realidad”. Miguel Muñoz de San Pedro, conde de Canilleros

Acercarse a la historia de la ciudad de Cáceres es conocer a pequeña escala la Historia de España. Esta tierra, habitada ya desde los tiempos del Paleolítico Superior, nos relata las distintas etapas por las que el hombre ha pasado. Romanos, Almohades, Judíos, Portugueses, Castellanos… cada uno con su cultura y su religión pero que se fundieron en Cáceres para legar al mundo su Patrimonio Histórico-Cultural inigualable.

Esta diversidad nos permite acceder a la Ciudad Monumental por una puerta romana o por una de estilo Barroco; adentrarnos en una judería nada más salir de una torre almohade o admirar una fachada mudéjar al lado de un palacio renacentista.

Una variedad no solo histórica o artística, sino espacial, aquí podemos observar desde las torres que flanquean su muralla como ha evolucionado la ciudad, como se expande extramuros abrazando a las distintas razas, clases sociales y gremios que han configurado la pequeña gran historia de esta población.

El momento elegido para descubrir Cáceres puede hacer que la imagen que se lleva el visitante sea distinta ya que no es lo mismo pasear por sus calles y plazas por la mañana que por la noche, en otoño o en primavera…. Todo momento tiene su encanto e invita a volver, a redescubrir la ciudad bajo otra luz y otro ángulo.

Este legado que tanto enorgullece al cacereño puede enlazarse con la modernidad de una ciudad universitaria activa y llena de iniciativas culturales. Entre ellas, la reciente apertura del Centro de Artes Visuales “Fundación Helga de Alvear”, donde se muestra una de las colecciones privadas de arte moderno más importantes de Europa; la Feria de Arte Iberoamericano “Foro Sur”; el Festival WOMAD, punta de lanza de la música internacional, o El Mercado Medieval Transfronterizo de las Tres Culturas, considerado hoy uno de los más importantes a nivel internacional.



cordoba

Ciudades reinventadas

“Una vez más, uno comprende que en esta tierra (Córdoba) se le hayan quedado enredados para siempre el corazón y la memoria”. Antonio Gala

Córdoba es una de las ciudades más antiguas de Europa. Fundada por el cónsul romano Marco Claudio Marcelo a mediados del siglo II a. de C., representa una extraordinaria simbiosis de Oriente y Occidente. Dos milenios de historia han dado entidad y espesor al tiempo de Córdoba, haciéndolo habitable, elástico.

Córdoba es cruce de caminos, enclave privilegiado entre sierra, valle del Guadalquivir y campiña, y ha sido cuatro veces capital a lo largo de su historia. Capital de la Bética, la provincia más romanizada del Imperio. Capital del Califato Omeya en el siglo X. Capital del Judaísmo gracias a su Judería y a Maimónides. Y capital de la frontera cristiana durante los últimos siglos de la Reconquista. Todo ello nos ha dejado un patrimonio de primera magnitud en forma de murallas, puentes, templos, conventos, estatuas, casas señoriales, tradiciones, documentación histórica, yacimientos arqueológicos y personajes notorios. La mayor parte de este patrimonio fue designado por la UNESCO, en 1994, Patrimonio de la Humanidad.

Séneca, Lucano, Osio, Abderramán I, Abderramán III, Alhakén II, Maimónides, Averroes, Gonzalo Fernández de Córdoba "el Gran Capitán", Luis de Góngora, el Duque de Rivas, Julio Romero de Torres o el torero "Manolete", son personajes cordobeses protagonistas en la historia. Y por Córdoba pasaron y escribieron páginas decisivas Julio César, los Reyes Católicos, Cristóbal Colón y Miguel de Cervantes, entre otros.

La Mezquita-Catedral, alma y corazón de Córdoba, es el centro de gravedad de este Patrimonio de la Humanidad, siendo ella misma y desde 1984, declarada por la propia UNESCO, Monumento de Interés Mundial: el agua que mantiene viva la Catedral de Córdoba está hecha de plegarias a un mismo Dios. En cinco siglos y medio de utilización musulmana. En ocho siglos de utilización cristiana

Córdoba aporta al Patrimonio de la Humanidad, también, la vida de su casco histórico. El segundo más grande europeo, con más de treinta mil residentes. No es un decorado para turistas, en él habita Córdoba por medio de gentes sencillas y de importantes instituciones acrisoladas en el corazón de la ciudad. Plazas, patios, pequeñas calles, mansiones y monumentos se abren a su descubrimiento.

Córdoba, en fin, es una ciudad que se extiende más allá de su patrimonio tangible y guarda sus mejores tesoros en su interior y en silencio, aguardando a quien sepa verdaderamente abrir el cofre de sus tesoros para mostrárselos.

Pero Córdoba cuenta además con dos Inscripciones más en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO: la Fiesta de los Patios, como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad (2012) y la Ciudad Califal de Medina Azahara (2018), colocando a Córdoba en la ciudad europea con más Inscripciones UNESCO y en segundo lugar a nivel mundial, sólo superada por Beijing.



cuenca

Ciudades reinventadas

“Cuenca abstracta, pura, de color plata, de gentiles piedras, hecha de hallazgos y de olvidos –como el mismo amor-, cubiste y medieval, elegante, desgarrada, fiera, tiernísima como una loba parida, colgada y abierta; Cuenca, luminosa, alada, airada, serena y enloquecida, infinita, igual, obsesionante, hidalga; vieja Cuenca”. Camilo José Cela

Cuenca es una realidad urbana sorprendente donde se enlazan los tiempos del pasado y los del presente, donde patrimonio cultural y patrimonio natural se complementan y ofrecen al visitante una oportunidad para sorprenderse.

Agua y piedra confrontaron durante milenios para construir la más formidable atalaya surgida en el territorio que habría de ser ibérico. Le bastaron a la Naturaleza dos ríos para trazar sus contornos, abrazarla, ahondar sus hoces y nutrir de verde su horizonte más próximo. Después llegó el hombre. Desde los primitivos hasta los árabes se afanaron en convertirla en hogar y fortaleza. Y finalmente fue musulmana. Se llamó Kunka. En 1177Alfonso VIII pretendió ocuparla, sumarla al reino de Castilla y convertirla al cristianismo; tras un sitio de nueve meses, fue el hambre de sus moradores y no las murallas quien le abrió paso. Toda Cuenca -definitivamente castellana– se pobló de nuevos significados religiosos. Así la mezquita se transformó en Catedral, el románico se trocó en gótico y se alzaron iglesias y conventos.

Sus habitantes emprendieron la tarea de domesticar el risco y las alturas, para terminar configurando la insólita arquitectura de sus casas colgadas en el abismo. La antigua ciudad trascendía su natural frontera haciendo del aire su paisaje, para luego, descendiendo, cruzar el Huécar y extenderse hacia la planicie manchega.

El Casco Antiguo de Cuenca y sus seculares barrios aledaños permanecen con idéntica fisonomía a la que en aquella época adquirieran. Muchos de sus más nobles edificios mantienen hoy la condición que les dio origen: conventos en los que aún impera el silencioso rezo de sus monjas de clausura, templos en los que se renueva a diario la fe de los creyentes, casonas blasonadas en las que se mantiene viva la memoria, el Ayuntamiento soportado en arcos que se abren para acceder a la Plaza Mayor. Otros, se han aplicado a preservar su incomparable patrimonio histórico y artístico, transformándose en sedes de museos, fundaciones y en el Archivo Provincial.

Recorrer sus estrechas y empinadas calles, reconocer sus recoletos rincones, apagar la sed en sus fuentes, compartir la mágica atmósfera de sus plazas con sus habituales ocupantes y desandar las cuestas para encontrar la nueva ciudad que crece pujante y abierta hacia el futuro, habrá de ser una experiencia para el visitante que le obligará al regreso.

dissabte, 7 d’agost del 2021

CIUDADES ESPAÑOLAS PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD

 


alcala

Ciudades reinventadas

“Les invitaría a salir al puro aire primaveral para recorrer, juntos, estos espacios y estos tiempos sucesivos -Arquitectura e historia- simbolizadas en unas piedras que son Patrimonio de la Humanidad”. José Hierro 

Alcalá de Henares simboliza como ninguna otra la ciudad que emerge entre el Lenguaje, la Literatura y el Patrimonio. Una lengua que, además, se convierte cada día en muchas lenguas. El idioma de la ciudad es plural, exótico, tolerante, enriquecido por todas y cada una de las identidades que definen el mestizaje de nuestras urbes.

Ciudad sabia como su Universidad, sugiere belleza a cada paso. Ciudad del Renacimiento, urbe intelectual, dedicada a Dios y a los hombres, que en ella pensaban y escribían.

En Alcalá de Henares nació en 1547 y vivió sus primeros años Miguel de Cervantes, el autor del universal Quijote. Su casa natal, magnífico ejemplo de vivienda castellana del siglo XVI, contiene hoy como museo una espléndida colección de ediciones cervantinas.

Alcalá atesora importantes yacimientos arqueológicos que nos hablan de la Complutum de los romanos, un excelente entramado urbano medieval que posibilitó la convivencia de tres culturas y tres religiones y, sobre todo, la perfecta Ciudad del Saber y Ciudad de Dios que, diseñada por la sabia mano del Cardenal Cisneros, permite disfrutar hoy de un conjunto único de soberbias construcciones del Renacimiento y el Barroco, entre las que destaca la gran obra de su Universidad. Esta excepcional riqueza proyecta a Alcalá de Henares en el siglo XXI, convertida en un referente turístico y cultural.

La ciudad entrelaza desde siempre su alma, que es escritura, saber, cultura, y su cuerpo, lugar donde se acogía a quienes eligieron el camino del pensamiento. Pasear por Alcalá de Henares supone seguir la ruta y la vida de la ciudad y del escritor; seguir pasos y huellas marcadas en calles, tapias, muros y papel. Todo mezclado y todo dispuesto para ofrecer un espectáculo majestuoso, renovado hoy y abierto a un futuro que sólo podría compararse a aquellos años del siglo XVI, cuando todo lo que aquí ocurría sonaba a leyenda.



avila

Ciudades reinventadas

“Ávila, (…) la capital de España que vive más cerca del cielo, es una minúscula y apacible ciudad amurallada y gentil, recoleta, noble y silenciosa. Ávila, mística y tradicional, honesta y dura, espera, fuera del tiempo, el corazón amigo a quien entregar su secreto diáfano y misterioso”. Camilo José Cela

Ávila es la muestra más interesante y mejor conservada de los que fuera una ciudad amurallada del Medievo español. Las iglesias, conventos y edificios monumentales, unidos a sus recuerdos teresianos, hacen de esta apretada población castellana uno de esos reductos peninsulares donde el pasado de España y una forma de vida de la Europa medieval, se expresan más plenamente.

La ciudad antigua de Ávila y sus Iglesias Extramuros son la muestra más genuina y solemne de cómo la piedra cincelada ha mantenido el carácter guerrero y defensivo de una ciudad anclada en la llanura y el espíritu religioso de los más altos exponentes de la mística española, con sus templos, conventos y monasterios monumentales.

Geométrica y armónica, la muralla que circunda la capital abulense despliega su inconfundible silueta y es la imagen de un mundo bien resguardado, sereno y sugerente, también plasmado en los otros monumentos de la ciudad. 

Ávila es una ciudad muy especial. En pocos lugares como éste se puede encontrar una unión tan grande entre paisaje urbano y natural y el sentir, hondo y trascendente, de los personajes que le han dado nombre. Es la ciudad más alta de España, más cercana al cielo y su luz crea un espacio único. En Ávila, como en muchas de las ciudades medievales españolas, convivieron judíos, mudéjares y cristianos. . De estos siglos de caballeros y villanos, de judíos, moros y cristianos, nacieron hermosas leyendas que aún hoy se evocan entre sus tranquilas y sobrias piedras. Todos ellos dejaron su huella y forman parte de su legado cultural. 

Fue en esta ciudad amurallada donde nació, se educó, se convirtió e inició su obra reformadora y escritora la gran Santa abulense, Teresa de Jesús. Allí también inició su labor el místico y magnífico poeta, San Juan de la Cruz, patrón de los escritores de habla hispana, nacido en Fontiveros. Fue el lugar donde se crió y educó el famoso músico renacentista Tomás Luis de Victoria y donde otros artistas de gran valía dejaron su huella creadora.

Historia, arte, mística, tradiciones, gastronomía, naturaleza se aúnan para ofrecer al visitante una enriquecedora estancia en Ávila.


baeza

Ciudades reinventadas

Baeza Pública, Eclesiástica y Académica

Baeza, declarada PATRIMONIO MUNDIAL desde 2003, está situada en el centro de la provincia de Jaén a poca distancia del Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y las Villas. Enclavada territorialmente en la Comarca de la Loma, preside un sistema urbano que arropa otras ciudades pequeñas, consolidándose e integrándose históricamente como cabecera de un eje de actividad y nudo de comunicaciones. Este escenario natural de representación de la ciudad, ha sido determinante para explicar su estratégico asentamiento, físico sobre un promontorio natural conocido como el “Cerro del Alcázar”, sus cualidades paisajísticas y el protagonismo urbano que adquiere sobre el perfil de la antigua ciudad amurallada.

Ha sido depositaria de las más representativas memorias urbanas, y presenta una fortísima carga patrimonial, donde aún se mantienen los valores simbólico-religiosos, académicos y económicos que a lo largo de los siglos han perdurado de manera activa.

De su antigüedad dan prueba los yacimientos, asentamientos y materiales encontrados en este “Cerro del Alcázar”, que justifican la evolución urbana desde época prehistórica, ibérica, romana y musulmana, época en la que ya se inicia su estructura urbanística y el trazado de las murallas.

Alfonso VIII la ocupó en 1212, tras la Batalla de las Navas de Tolosa, siendo Fernando III quien la conquistara definitivamente en 1227, concibiéndola como cabecera de puente en las conquistas del Valle del Guadalquivir y de Al-Andalus. También le otorgó un Fuero, a partir del cuallos baezanos adquirirían una serie de territorios, exenciones y privilegios. 

A partir de la conquista se producirán significativos cambios constructivos, siendo los más notables los llevados a cabo en el Renacimiento que es cuando Baeza alcanza sus más singulares expresiones constructivas y culturales, convirtiéndose en un gran centro eclesiástico y educativo., presidido por la Catedral de Santa María (antigua mezquita) en la plaza del mismo nombre, y donde además se dispone una simbólica fuente exenta, el antiguo Seminario y la Universidad, fundada por San Juan de Ávila. Fruto de todas estas transformaciones hoy se contempla un bello Conjunto Monumental, que simboliza el poder que la hace floreciente: el del Estado y el de la Iglesia.

Así mismo, la coexistencia de culturas (cristiana, islámica y judía), favorecieron a crear un espacio de libertades y a la apertura a otras influencias, aportando al Patrimonio Mundial la originalidad de una expresión artística con amplia proyección en Iberoamérica.

La Comarca de raíces islámicas e intensa tradición medieval en la cantería, enriquece de manera muy particular a la ciudad de Baeza con las experiencias de Andrés de Vandelvira, que hará de la Estereotomía una herramienta para innovar y reinterpretar el clasicismo. Sus aportaciones e inovaciones fueron recogidas en el Libro de traças de cortes de piedra redactado por su hijo Alonso, considerado el mejor compendio de estereotomía en Europa hasta finales del s. XVII, cuya difusión tuvo una amplia influencia sobre la arquitectura de América Española. Además de Vandelvira, Ginés Martínez de Aranda o el ingeniero militar Cristóbal de Rojas, autor del primer tratado de fortificación en español, dejan su influencia en numerosas construcciones iberoamericanas. Destacan las técnicas de casetonados y bóvedas vaídas desarrollados por los Vandelvira, utilizadas en numerosas catedrales americanas como México, Puebla, Mérida, Guadalajara, Oaxaca, Lima y Cuzco, algunas declaradas Patrimonio de la Humanidad.

Estos maestros de Baeza formarían el Taller Universal de Cantería, introduciendo aportaciones notables a la cultura renacentista universal y complementando a las construcciones italianas con unas influencias islámicas particulares junto a la utilización sistemática de la cantería.

A lo largo del tiempo Baeza ha seguido manteniendo esa característica: una fuerte carga cultural inserta entre su paisaje urbano, donde además se sintetiza la fuerza del arte, la tradición y la historia. En toda la ciudad está presente el sentido humanista, la impronta de grandes personajes que dejaron de una manera u otra, entre sus centenarias piedras, su huella y su recuerdo. Figuras que han permanecido como el músico Ramos de Pareja, San Juan de Ávila, su discípulo: Diego Pérez de Valdivia, Rodrigo López, Juan Huarte de San Juan, Gonzalo Argote de Molina. El pintor Gaspar Becerra o San Juan de la Cruz. También Bartolomé Ximenez Patón, el Intendente Pablo de Olavide… y ya en el siglo XX el poeta Antonio Machado o el historiador Vicens Vives, entre muchos que nacieron o vivieron en Baeza.

Por todo ello, el Conjunto Monumental de Baeza, constituye un ejemplo temprano de la arquitectura civil y urbanismo renacentista de España en el siglo XVI, que ha sabido conservar con dignidad valores como integridad y autenticidad.