“Primera ciudad trazada a cuadrícula…
Vivió a lo largo de su historia una vida sobria, recoleta y ceremoniosa. Además de labradores y artesanos, la habitaban caballeros, licenciados, escribanos, regidores y eclesiásticos”. Luis Diego Cuscoy
La Laguna fue diseñada con instrumentos de navegación marítima y a cordel, esta es una de las características diferenciadoras de esta ciudad tinerfeña fundada en 1497 por el Adelantado Don Alonso Fernández de Lugo. Este modelo de trabajo fue repetido por los españoles, posteriormente, en tierras americanas. Concebida a la medida del hombre, supuso la materialización de una nueva concepción filosófica, profundamente humanista, que se adelantaría a los tiempos. Situada en la atalaya atlántica desde la que España abordaría su mayor gesta, ha sido el obligado nexo de dos culturas. Un simple paseo por la vieja ciudad hace evidente la disposición geométrica de sus calles; vías habitadas por viejas casonas y palacetes con fachadas de colores intensos o pórticos de piedra. La arquitectura civil y religiosa también fue ordenada en la gestación de la ciudad y todo aquel entramado urbanístico inicial ha permanecido intacto desde finales del siglo XV.
La Laguna, rodeada de fértiles tierras, valles y una pequeña cordillera, ha sido eje político, económico y social de Tenerife durante cuatro siglos, lo que se evidencia en el señorío austero de su arquitectura y la sobria belleza de sus monumentos, edificios públicos y numerosos templos.
Entre estos, son varios los que datan del siglo XVI y en ellos se conservan valiosos tesoros artísticos: la Iglesia y Convento de San Agustín; la de Nuestra Señora de la Concepción; la actual Iglesia-Catedral, construida en 1913 en los aledaños de la derruida ermita de Santa María de la Expectación y consagrada a Nuestra Señora de los Remedios; el Real Santuario y ex Convento de San Francisco, donde se venera la hermosa imagen tallada –pertenece al gótico flamenco-brabanzón- del Santísimo Cristo de La Laguna, y la que fundara en 1522 el padre Mendoza, integrada al monasterio de Santo Domingo de Guzmán. Algunos edificios civiles son igualmente representativos como la singular Casa Salazar, del siglo XVII, muestra acabada del barroco canario que incorpora curiosos detalles como sus gárgolas zoomorfas, que evocan el prehispánico mexicano; los palacios de Nava y Lercaro, y el propio Ayuntamiento cuya fachada neoclásica está revestida con aplacado de cantería azul.
Los indudables atractivos de esta ciudad modélica no se agotan en su hermosa apariencia externa. La cordialidad de sus gentes, la dulce cadencia de su acento, su antigua cultura de anfitriones, la presencia bulliciosa de los casi treinta mil estudiantes de su bicentenaria Universidad – la primera del archipiélago canario-, la dotan de un espíritu entrañable de cuya calidez disfrutará el visitante.
“También la piedra, si hay estrellas, vuela.” Sobre la noche biselada y fría Creced, mellizos lirios de osadía; Creced, pujad, torres de Compostela”. Gerardo Diego
Santiago de Compostela, desde su nacimiento en al Edad media, se convierte en el paradigma de Ciudad universal por ser meta de peregrinación, no sólo religiosa, sino también cultural.
Al acercarnos a Santiago de Compostela, descubrimos una ciudad hecha a medida del caminante. Sus calles y plazas forman un conjunto inigualable, armónico y homogéneo. En 1985 fue declarada ciudad Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO y en el año 2000 “Ciudad Europea de la Cultura”. Como capital de una comunidad histórica que posee su propia lengua, el gallego, y una floreciente cultura, Compostela sigue siendo una ciudad abierta, cosmopolita, con vocación de lugar reencuentro.
La peregrinación a Santiago fue el acontecer religioso y cultural más destacable y más profundamente vivido de la Edad Media, hecho reconocido recientemente por el Parlamento Europeo, que designó al Camino como Primer Itinerario Cultural Europeo, y por la UNESCO, que lo declaró Patrimonio de la Humanidad.
Pero además de meta de peregrinación, Santiago es un centro turístico de primera magnitud. Los orígenes de la ciudad se remontan al hallazgo en el año 813 de la tumba del Apóstol Santiago. Cuenta la leyenda, que paseaba el anacoreta Pelayo un día por una vieja vía romana en la que confluían en una encrucijada varios caminos, y en las proximidades del bosque de Libredón percibió unas luces extrañas entre los matorrales. Al verlas y conociendo la historia de Santiago de Zebedeo se acercó y descubrió detrás de los matorrales un cementerio abandonado y en él un edificio funerario. Sin vacilar y convencido de su hallazgo, fue a buscar al obispo Teodomiro, que emprendió las marchas hasta el lugar del descubrimiento, difundiendo la noticia entre los cristianos, y obteniendo el apoyo de Alfonso II para la construcción de la primera capilla.
La primera basílica se construyó en el siglo IX y la actual Catedral es el resultado del paso de los siglos. En ella se resumen, en armónico equilibrio, el románico de su más antiguo origen, el gótico, el renacentista, el barroco y el neoclásico. Es uno de los monumentos más importantes de arte medieval español.
Caminar por Santiago de Compostela supone descubrir infinidad de tesoros: palacios, monasterios, templos y plazas, pero también el espíritu de sus gentes acostumbradas a recibir viajeros de todos los caminos, la bulliciosa presencia de los miles de estudiantes de su Universidad, cinco veces centenaria, y disfrutar de la intensa oferta cultural que ofrece la ciudad.
“En la visión que el viajero se forma de Segovia, rebullen en caos magnífico todos los monumentos de la ciudad. La mente se llena de palacios, capillas, arcos, capiteles, rejas, ventanas, torres, retablos… La imaginación, deslumbrada, en horas de recuerdo va de una maravilla a otra. No podemos poner pronto orden y sosiego en la admiración”. Azorín
Un alto Acueducto romano que cruza las viejas calles medievales, un Alcázar que recuerda a los castillos centroeuropeos, iglesias románicas de atractivo espiritual, la ubicación entre el verdor de la sierra y la parda llanura. Todo en la ciudad castellana es peculiar e inconfundible.
En diciembre de 1985, la UNESCO incluyó a la antigua ciudad de Segovia y su acueducto romano en el listado de Ciudades Patrimonio por la belleza de su enclave, de su entorno, de sus edificios, arboledas y calles. Sin embargo, la ciudad va más allá de lo físico, pues el elemento humano, el que la ha creado y que ha sido parte de ella, no se ve y, sin embargo, es la esencia misma de la ciudad. Segovia es así porque desde ella Alfonso X estudiaba el firmamento, porque Quevedo se inspiró en sus espacios y sus gentes para escribir el Buscón don Pablos, porque en esta ciudad fue proclamada Reina de Castilla Isabel I, la Católica, y porque aquí se guarda el primer libro impreso en España, “el Sinodal de Aguilafuente”.
A Segovia la han hecho los místicos Juan de la Cruz y Teresa de Jesús, y los valientes guerreros Juan Bravo, el Comunero, o Día Sanz y Fernán García conquistadores de Madrid a los moros. Pero también a Segovia la han dado forma y sentido la palabra de María Zambrano, los paseos, tertulias y clases de Antonio Machado en el Instituto, Gómez de la Serna desvelando “El secreto del Acueducto” y Louis Proust investigando en el Real Laboratorio de Química a la sombra del Alcázar.
Las calles y las plazas de la ciudad se convierten varias veces al año en escenario de actividades artísticas. Durante la Semana Santa, el interior de los templos ofrece a los melómanos la ocasión de disfrutar de sobrecogedores conciertos durante la Semana de Música Sacra. En mayo, Titirimundi llena los espacios de títeres y marionetas ávidos de contar historias imposibles, llenas de magia e imaginación. Folksegovia, por su parte, es otro de los festivales imprescindibles, una cita en la que confluyen las músicas del mundo durante el mes de junio. Otras citas para amantes de la música, el teatro y la danza son: MUSEG Festival Musical de Segovia, 921 Distrito Musical, las Jornadas de Música Contemporánea de Segovia, el Encuentro de Mujeres Músicas María de Pablos, el Día Europeo de la Música, el Premio Infantil de Piano Santa Cecilia - Premio Hazen, Los Martes en la Muralla, o Los Lunes en el Jardín del Rey, Festival de Música Diversa, Vete al Fresco, Segojazz, Segovia en Danza, Los Viernes Abiertos o Microteatros en La Cárcel, entre otros. Durante estas jornadas espacios singulares como patios de palacios, claustros de conventos, jardines e incluso el adarve de la Muralla se transforman en un escenario privilegiado.
También, patios de palacios, fachadas notables y rincones incomparables sirven de escenario a las numerosas jornadas del Festival Internacional en el que se puede disfrutar de la Semana de Música de Cámara, del Festival Joven y del Festival abierto de Música y Danza.
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