“Les invitaría a salir al puro aire primaveral para recorrer, juntos, estos espacios y estos tiempos sucesivos -Arquitectura e historia- simbolizadas en unas piedras que son Patrimonio de la Humanidad”. José Hierro
Alcalá de Henares simboliza como ninguna otra la ciudad que emerge entre el Lenguaje, la Literatura y el Patrimonio. Una lengua que, además, se convierte cada día en muchas lenguas. El idioma de la ciudad es plural, exótico, tolerante, enriquecido por todas y cada una de las identidades que definen el mestizaje de nuestras urbes.
Ciudad sabia como su Universidad, sugiere belleza a cada paso. Ciudad del Renacimiento, urbe intelectual, dedicada a Dios y a los hombres, que en ella pensaban y escribían.
En Alcalá de Henares nació en 1547 y vivió sus primeros años Miguel de Cervantes, el autor del universal Quijote. Su casa natal, magnífico ejemplo de vivienda castellana del siglo XVI, contiene hoy como museo una espléndida colección de ediciones cervantinas.
Alcalá atesora importantes yacimientos arqueológicos que nos hablan de la Complutum de los romanos, un excelente entramado urbano medieval que posibilitó la convivencia de tres culturas y tres religiones y, sobre todo, la perfecta Ciudad del Saber y Ciudad de Dios que, diseñada por la sabia mano del Cardenal Cisneros, permite disfrutar hoy de un conjunto único de soberbias construcciones del Renacimiento y el Barroco, entre las que destaca la gran obra de su Universidad. Esta excepcional riqueza proyecta a Alcalá de Henares en el siglo XXI, convertida en un referente turístico y cultural.
La ciudad entrelaza desde siempre su alma, que es escritura, saber, cultura, y su cuerpo, lugar donde se acogía a quienes eligieron el camino del pensamiento. Pasear por Alcalá de Henares supone seguir la ruta y la vida de la ciudad y del escritor; seguir pasos y huellas marcadas en calles, tapias, muros y papel. Todo mezclado y todo dispuesto para ofrecer un espectáculo majestuoso, renovado hoy y abierto a un futuro que sólo podría compararse a aquellos años del siglo XVI, cuando todo lo que aquí ocurría sonaba a leyenda.
“Ávila, (…) la capital de España que vive más cerca del cielo, es una minúscula y apacible ciudad amurallada y gentil, recoleta, noble y silenciosa. Ávila, mística y tradicional, honesta y dura, espera, fuera del tiempo, el corazón amigo a quien entregar su secreto diáfano y misterioso”. Camilo José Cela
Ávila es la muestra más interesante y mejor conservada de los que fuera una ciudad amurallada del Medievo español. Las iglesias, conventos y edificios monumentales, unidos a sus recuerdos teresianos, hacen de esta apretada población castellana uno de esos reductos peninsulares donde el pasado de España y una forma de vida de la Europa medieval, se expresan más plenamente.
La ciudad antigua de Ávila y sus Iglesias Extramuros son la muestra más genuina y solemne de cómo la piedra cincelada ha mantenido el carácter guerrero y defensivo de una ciudad anclada en la llanura y el espíritu religioso de los más altos exponentes de la mística española, con sus templos, conventos y monasterios monumentales.
Geométrica y armónica, la muralla que circunda la capital abulense despliega su inconfundible silueta y es la imagen de un mundo bien resguardado, sereno y sugerente, también plasmado en los otros monumentos de la ciudad.
Ávila es una ciudad muy especial. En pocos lugares como éste se puede encontrar una unión tan grande entre paisaje urbano y natural y el sentir, hondo y trascendente, de los personajes que le han dado nombre. Es la ciudad más alta de España, más cercana al cielo y su luz crea un espacio único. En Ávila, como en muchas de las ciudades medievales españolas, convivieron judíos, mudéjares y cristianos. . De estos siglos de caballeros y villanos, de judíos, moros y cristianos, nacieron hermosas leyendas que aún hoy se evocan entre sus tranquilas y sobrias piedras. Todos ellos dejaron su huella y forman parte de su legado cultural.
Fue en esta ciudad amurallada donde nació, se educó, se convirtió e inició su obra reformadora y escritora la gran Santa abulense, Teresa de Jesús. Allí también inició su labor el místico y magnífico poeta, San Juan de la Cruz, patrón de los escritores de habla hispana, nacido en Fontiveros. Fue el lugar donde se crió y educó el famoso músico renacentista Tomás Luis de Victoria y donde otros artistas de gran valía dejaron su huella creadora.
Historia, arte, mística, tradiciones, gastronomía, naturaleza se aúnan para ofrecer al visitante una enriquecedora estancia en Ávila.
Baeza Pública, Eclesiástica y Académica
Baeza, declarada PATRIMONIO MUNDIAL desde 2003, está situada en el centro de la provincia de Jaén a poca distancia del Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y las Villas. Enclavada territorialmente en la Comarca de la Loma, preside un sistema urbano que arropa otras ciudades pequeñas, consolidándose e integrándose históricamente como cabecera de un eje de actividad y nudo de comunicaciones. Este escenario natural de representación de la ciudad, ha sido determinante para explicar su estratégico asentamiento, físico sobre un promontorio natural conocido como el “Cerro del Alcázar”, sus cualidades paisajísticas y el protagonismo urbano que adquiere sobre el perfil de la antigua ciudad amurallada.
Ha sido depositaria de las más representativas memorias urbanas, y presenta una fortísima carga patrimonial, donde aún se mantienen los valores simbólico-religiosos, académicos y económicos que a lo largo de los siglos han perdurado de manera activa.
De su antigüedad dan prueba los yacimientos, asentamientos y materiales encontrados en este “Cerro del Alcázar”, que justifican la evolución urbana desde época prehistórica, ibérica, romana y musulmana, época en la que ya se inicia su estructura urbanística y el trazado de las murallas.
Alfonso VIII la ocupó en 1212, tras la Batalla de las Navas de Tolosa, siendo Fernando III quien la conquistara definitivamente en 1227, concibiéndola como cabecera de puente en las conquistas del Valle del Guadalquivir y de Al-Andalus. También le otorgó un Fuero, a partir del cuallos baezanos adquirirían una serie de territorios, exenciones y privilegios.
A partir de la conquista se producirán significativos cambios constructivos, siendo los más notables los llevados a cabo en el Renacimiento que es cuando Baeza alcanza sus más singulares expresiones constructivas y culturales, convirtiéndose en un gran centro eclesiástico y educativo., presidido por la Catedral de Santa María (antigua mezquita) en la plaza del mismo nombre, y donde además se dispone una simbólica fuente exenta, el antiguo Seminario y la Universidad, fundada por San Juan de Ávila. Fruto de todas estas transformaciones hoy se contempla un bello Conjunto Monumental, que simboliza el poder que la hace floreciente: el del Estado y el de la Iglesia.
Así mismo, la coexistencia de culturas (cristiana, islámica y judía), favorecieron a crear un espacio de libertades y a la apertura a otras influencias, aportando al Patrimonio Mundial la originalidad de una expresión artística con amplia proyección en Iberoamérica.
La Comarca de raíces islámicas e intensa tradición medieval en la cantería, enriquece de manera muy particular a la ciudad de Baeza con las experiencias de Andrés de Vandelvira, que hará de la Estereotomía una herramienta para innovar y reinterpretar el clasicismo. Sus aportaciones e inovaciones fueron recogidas en el Libro de traças de cortes de piedra redactado por su hijo Alonso, considerado el mejor compendio de estereotomía en Europa hasta finales del s. XVII, cuya difusión tuvo una amplia influencia sobre la arquitectura de América Española. Además de Vandelvira, Ginés Martínez de Aranda o el ingeniero militar Cristóbal de Rojas, autor del primer tratado de fortificación en español, dejan su influencia en numerosas construcciones iberoamericanas. Destacan las técnicas de casetonados y bóvedas vaídas desarrollados por los Vandelvira, utilizadas en numerosas catedrales americanas como México, Puebla, Mérida, Guadalajara, Oaxaca, Lima y Cuzco, algunas declaradas Patrimonio de la Humanidad.
Estos maestros de Baeza formarían el Taller Universal de Cantería, introduciendo aportaciones notables a la cultura renacentista universal y complementando a las construcciones italianas con unas influencias islámicas particulares junto a la utilización sistemática de la cantería.
A lo largo del tiempo Baeza ha seguido manteniendo esa característica: una fuerte carga cultural inserta entre su paisaje urbano, donde además se sintetiza la fuerza del arte, la tradición y la historia. En toda la ciudad está presente el sentido humanista, la impronta de grandes personajes que dejaron de una manera u otra, entre sus centenarias piedras, su huella y su recuerdo. Figuras que han permanecido como el músico Ramos de Pareja, San Juan de Ávila, su discípulo: Diego Pérez de Valdivia, Rodrigo López, Juan Huarte de San Juan, Gonzalo Argote de Molina. El pintor Gaspar Becerra o San Juan de la Cruz. También Bartolomé Ximenez Patón, el Intendente Pablo de Olavide… y ya en el siglo XX el poeta Antonio Machado o el historiador Vicens Vives, entre muchos que nacieron o vivieron en Baeza.
Por todo ello, el Conjunto Monumental de Baeza, constituye un ejemplo temprano de la arquitectura civil y urbanismo renacentista de España en el siglo XVI, que ha sabido conservar con dignidad valores como integridad y autenticidad.
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